Cuentos de mil caracteres (o menos)
HOY Mañana vino a verme. No sé qué se cree, él sabe que no puede entrar hasta que yo me vaya. Hablo de él, no de la Mañana que es una chica maravillosa que siempre me recibe cuando me despierto. Hablo de él, que tiene la autoestima demasiado alta porque todo el mundo confía en él, salvo algunos pesimistas. Se queja de que Ayer nunca está cuando le quiere hablar. Yo le explico que Ayer merece todo nuestro respeto y que más tarde o más temprano todas sus pretensiones van a terminar igual, pero Mañana es muy orgulloso, se deja arrastrar por los que hablan de las utopías y se cree que es tan fácil. Al final yo cargo con todo porque siempre estoy en el momento justo y todo el mundo me tiene presente: los que se quejan de que Ayer siempre fue mejor, los que le echan la culpa de lo mal que les va ahora y los que no hacen nada porque Mañana les va a dar una oportunidad mejor; con ese cuento ya me tienen cansado y al fin y al cabo yo soy el único que siempre estoy, pero pocos me disfruta...