Francisco Faig, riqueza, envidia, impuestos
En los años 70, varios de mis hermanos mayores estuvieron presos por pertenecer a grupos políticos de izquierda. Una vez, siendo yo adolescente, una de mis abuelas -muy católica y conservadora- me dijo “fulano está preso por envidiar las casas de los ricos”. El argumento era bastante endeble porque la nuestra no era una familia pobre sino de clase media ilustrada, esa clase social de la que surgieron muchos de los militantes que intentaron ser revolucionarios en aquella época. Parece que esa concepción de que la envidia es el principal motivo para un pensamiento de izquierda sigue muy vigente, por ejemplo en Francisco Faig, que la plasmó envidiablemente clara en su columna del diario El País. No voy a discutir con él sobre el caso de su amigo afortunado y trabajador, no tengo por qué no creerle. La casuística permitiría justificar cualquier postura: hay quienes han hecho mucho con muy poco, otros que han perdido fortunas por desidia, e infinitos casos más, con orígenes y resultado...