Un año más ¿qué importa? Entre la razón y el abandono
60, 63, 65 años, adultos mayores, veteranos, viejos, personas grandes, tercera edad, se las puede llamar como se quiera, el asunto es que la discusión sobre si se pueden o no jubilar, es observable desde muchos puntos de vista. Si nos colocamos desde una perspectiva analítica, objetiva, parece razonable que los cambios demográficos (mayor expectativa de vida, retraso del ingreso a la vida laboral y de la paternidad/maternidad) se reflejen en las reglas para acceder a la seguridad social. En este sentido, retrasar la edad de jubilación mínima no parece una decisión disparatada. Si nos colocamos en una postura de costos y beneficios económicos para los destinatarios, es obvio que se trata de una pérdida: hay que aportar durante más años para recibir la jubilación durante menos. Si no consideramos al trabajo como una maldición obligatoria, sino como una actividad que nos mantiene enlazados con el mundo y con la sociedad y nos hace sentir útiles; el aumento de la edad mínima, no deber...